«Yo soy la cachupina, siempre uso una cayena porque tengo disciplina y vendo conservas buenas, y si te paras en la esquina y miras las azucenas mira la cachupina que es la misma cayena.»

Con estas palabras impregnadas de amor y receptividad, Eulogia “La Cachupina” le da la bienvenida a los turistas en playa Medina. Esta simpática señora, con más de 80 años, vende conservas dulces de delicioso y peculiar sabor, haciendo combinaciones verdaderamente autenticas con ingredientes autóctonos de la península de Paria. Entre sus mezclas se encuentran cacao con plátano, cacao con guayaba, cacao con coco, coco con ocumo, coco con tamarindo, coco con castaña, coco con piña, entre otras.

En la mañana de los días viernes, sábado y domingo (y en todas las temporadas de alta afluencia turística) “La Cachupina” se dispone a caminar desde la población de Medina hasta la playa, recorriendo más de 3 kilómetros con su cesta grande llena de dulces sobre su cabeza y repasando una y otra vez sus poesías, ya que antes de vender las conservas, primero endulza al cliente con una poesía, generalmente jocosa, de su propia inspiración.

La simpática Eulogia, no escatima voluntad en hacer largas conversaciones con los turistas, relatando anécdotas de su vida. Cuenta que ella vivía y trabajaba la agricultura en San Juan de Unare (una población ubicada en el norte de la península, aproximadamente a 2 horas en carro de playa Medina), también vendía comidas a los trabajadores de las obras civiles que se construían en la zona. Luego se inició en la elaboración de dulces típicos y sus hijos pequeños salían a venderlas en las distintas playas parianas, pero donde mejor le iba con la venta de sus dulces era en playa Medina, por ello, decidió instalar su hogar en la población de Medina, muy cercana a la playa. Ya sus hijos grandes y cada uno con su propia vida, ella continuó con la preparación de sus conservas y también venderlas en la playa.

La Cachupina lleva escrito en su rostro las huellas del tiempo, sin embargo, sus pasos firmes, su voz fuerte y clara, su jocosidad y amabilidad, sus dulces sabrosos que deleitan el paladar, y la cayena que lleva siempre en su oreja derecha la hacen indudablemente, la reina de playa Medina.