Fue inaugurada el 28 de octubre de 1890.

En el parque Ayacucho se encuentra una magnífica estatua ecuestre cuya construcción, junto con la de la plaza y el parque, fue decretada por el Presidente de la República de Venezuela para ese entonces, Sr. Juan Pablo Rojas Paúl, el día 9 de diciembre de 1888. La primera piedra del monumento fue colocada el 9 de diciembre de 1889, fecha aniversario de la Batalla de Ayacucho. El 28 de octubre de 1890, siendo Presidente de la República el Dr. Raimundo Andueza Palacio, en un acto recordado por su esplendor e importancia, se inaugura este conjunto urbano, levantado sobre las ruinas del famoso cuartel de infantería, artillería y caballería destruido por el terremoto del 15 de julio de 1853.

Alberto Sanabria en su ensayo titulado La Estatua del Gran Mariscal, menciona el siguiente párrafo:

"En los luctuosos días del terremoto de 1929 fue signo de esperanza para los hijos de Cumaná, contemplar la heroica figura del Bayardo Americano, surgir indemne del horror de la catástrofe, y ese fue el sitio escogido para las deliberaciones tendientes a la reconstrucción de la ciudad mártir, que siempre ha estado aureolada con la doble corona de la gloria y del sacrificio. Refiriéndose a la conmoción sísmica mencionada, escribió un talentoso coterráneo, poeta y periodista: «La estatua marcial del Héroe constituye para Cumaná un alto y noble símbolo: ella es lo que fue para los troyanos el sacro Paladión, de cuya conservación dependía la surte de la ciudad de Eneas»".

El conjunto urbano es un lugar con un concepto de plaza-parque. En él se encuentran frondosos árboles muy altos como Chaguaramos y Apamates, que le sirven de hábitat a las grandes iguanas. Cuenta con una extensión de 2,1 hectáreas. Posee avenidas peatonales muy anchas, hechas en granito, instalaciones para presentaciones artísticas, instalaciones para juegos infantiles, cafetería, estacionamiento para vehículos y sanitarios públicos.

La plaza exhibe muy orgullosamente la estatua ecuestre del Mariscal Antonio José de Sucre, obra del escultor italiano Giovanni Turini, asentada en un pedestal de granito elaborado por el escultor también italiano, José Carabelli.

Desde la fecha de su inauguración, Cumaná luce este épico monumento que, en palabras de Alberto Sanabria: “…como lámpara votiva mantiene ardiente la llama del más sagrado patriotismo; y ese día –también glorioso para el Libertador– reparó la patria una gran deuda, al exaltar en el corazón mismo de la ciudad primada y junto a la eterna poesía del manzanares, en bronce inmortal, el paladín que en el campo de Ayacucho selló para siempre la independencia de la América austral.” (SANABRIA A. 1964. p4)