En medio del camino encontrarás muchas pozas de formas y tamaños, con aguas cristalinas y de temperatura agradable.

Donde la brisa viajera juguetea con los árboles centenarios, la eufonía de las aguas cristalinas que fluyen con elegancia a través de las rocas y la asonancia gutural de los animales silvestres conforman magistralmente una orquesta que produce un sonido sutilmente armónico, un himno que produce paz espiritual y que por fortuna podemos ocupar el primer asiento de este escenario natural, para apreciar de manera privilegiada el acústico sonido del Padre Creador.

Caminar y caminar, como lo haría Adán y Eva, en el génesis, sobre un suelo alfombrado por hojas y flores de múltiples colores, que caen del cielo como gotas de agua acariciando la piel. La exuberante naturaleza ofrece flores silvestres que hacen presencia a nuestras miradas, quizás por primera vez, y árboles de frutas tropicales como el mango, merey y piña. Es realmente una excelente manera de disfrutar el contacto directo con la naturaleza.

Al llegar al río, puedes disfrutar de un largo sendero con la ayuda de los baqueanos del lugar. En medio del camino encontrarás muchas pozas de formas y tamaños, con aguas cristalinas y de temperatura agradable.

Puedes realizar esta actividad turística solicitando los servicios de los guías turísticos que pertenecen al Consejo Comunal de Agua Santa, una población ubicada cerca del río, ellos tienen los recursos necesarios para realizar este recorrido de una manera segura y agradable.