El río Manzanares es para los cumaneses, lo que para los antiguos el Nilo: río sagrado, poblado de leyendas y de ensueños…

El Manzanares es un río que nace en la Serranía del Turimiquire (municipio Montes), a 2.200 msnm, y recorre aproximadamente 80 kilómetros antes de discurrir por la ciudad de Cumaná, de sur a norte, y desembocar en el golfo de Cariaco, para luego continuar su curso hacia el mar Caribe. El río fue bautizado por los conquistadores españoles con el nombre de “Manzanares”, haciendo alusión al río Manzanares, que también atraviesa Madrid, capital de España. En otrora, este río cumanés era un torrente de agua dulce y constituía la fuente de agua más cercana a Nueva Cádiz, actual isla de Cubagua, donde a principios del siglo XVI, extrajeron grandes cantidades de perlas.

Alejandro de Humboldt, quien visitó a Cumaná a finales del siglo XVIII, reseña en su obra magistral, “Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Mundo” la especial fascinación que sentía por el río Manzanares y describe en dicha obra que “El río Manzanares es de aguas muy claras, y felizmente no se parece en nada al Manzanares de Madrid”. Asimismo, Humboldt, el acucioso viajero, evoca con especial afecto, el gran árbol de ceiba donde constantemente se instalaba para luego mitigar el calor en las aguas del río.

El río Manzanares, ha sido en todos los tiempos, fuente de inspiración, motivo de nostalgia y de manifestaciones culturales diversas para artistas, escritores y poetas, reflejados en pintorescas obras plásticas, límpidos versos o en armoniosa prosa de grandes personajes como es el caso de Don Andrés Bello, quien en su notable poema titulado América, evoca en sus delicados versos al majestuoso río:

“Y del pueblo también cuyos hogares / A sus orillas mira el Manzanares; / No el de ondas pobres y de verdura exhausto / Que de la regia corte sufre el fausto, / Y de su servidumbre está orgulloso, / Como su gente lo es de bellas almas, / Del cielo, en su cristal sereno, pinta / El puro azul, corriendo entre las palmas / De esta y aquella deliciosa quinta”

El río le da a Cumaná un paisaje hermosísimo. En su curso serpenteante se pasea majestuoso por el centro de la ciudad. En palabras del escritor cumanés, Don Alberto Sanabria, el Manzanares es para los cumaneses, lo que para los antiguos el Nilo: río sagrado, poblado de leyendas y de ensueños.

El mayor uso para el disfrute y el esparcimiento se los dan los pobladores y turistas en el (municipio Montes), donde hay estupendas pozas y espacios para elaborar el acostumbrado sancocho a leñas.